Experimentar la cocina del lugar más allá de un restaurante
El viajar y la gastronomía están más unidos que nunca. Hoy hay pocos destinos turísticos que no estén intentando darse a conocer por su oferta culinaria de una forma u otra.
Esto no es extraño si pensamos que uno de cada dos millennials se considera a si mismo un «foodie» y que el turista que viaja por motivos gastronómicos suele gastar entre un 18 o un 20 % más que otro turista de su misma edad y procedencia.
Hay datos de que al viajar estamos ahorrando en vuelos, alojamiento y compras a cambio de gastar más en experiencias, entre las cuales la comida es una de las más importantes.
Pero la experiencia gastronómica de un destino no solo está representada por sus restaurantes. Esos viajeros foodies no van a sentir que han conseguido todo lo que buscan en materia de comida confinados en las paredes de uno de ellos.
Hay una tendencia claramente experiencial en la gastronomía donde se quiere saber como se preparan las comidas o de donde vienen. Se buscan experiencias personales con productores artesanos, granjeros, cocineros o fabricantes de cerveza.
El objetivo no solo es comer bien sino aprender acerca de un producto en particular o de la cultura gastronómica de una región.
Nueva generación de experiencias gastronómicas
Desde hace tiempo se vienen creando experiencias de degustación basadas en un alimento o un tema que buscan involucrar al consumidor implicando sus cinco sentidos. Normalmente en ellas el diseño de los elementos de la experiencia y el control es de quien la organiza.
Ahora, ante la creciente curiosidad que provoca la cocina, se esta evolucionando hacia otro tipo de actividades.
Se busca incorporar al turista en el proceso de preparación de la comida de modo que entre a ser parte de la cultura y de la cocina del lugar. Esto puede hacerse cocinando en la casa de un chef con un grupo íntimo que interactúa con el cocinero local o en talleres de cocina donde el visitante participa en la preparación del menú.
En estos casos, el control del organizador sobre el diseño de la experiencia es menor ya que lo que se busca es que ésta sea creada conjuntamente entre el anfitrión y el visitante.
En este gráfico he recogido algunas de los rasgos que suelen caracterizar a las experiencias culinarias de nueva generación.
Aquí ya vimos algunos ejemplos de estas experiencias de las que estamos hablando. Pero hay más como:
- Barcelona Cooking donde los visitantes hacen una ruta en el mercado de la Boquería para comprar ingredientes que luego preparan en un taller de cocina española
- Grub Crawl un evento de comida, bebida y música itinerante que recorre ciudades para descubrir y probar su cocina
- Veni Vidi Bici que propone unir ciclismo y comida con rutas en bicicleta de carreras con contenido gastronómico desde Barcelona
- Vizeat y Eawith son las plataformas globales de P2P para comidas y cenas en casas particulares
En nuestro país, donde tanto la gastronomía como el turismo son dos sectores potentes, esta tendencia experiencial del turismo gastronómico me parece especialmente interesante. Dame un toque y dime que opinas si a ti también te interesa.
Imagen: Flikr College of DuPage https://www.flickr.com/photos/codnewsroom/albums/72157645609114929