Que me perdonen los de Bilbao, pero, últimamente, leyendo acerca del turismo creativo, me he encontrado varias veces a su ciudad mencionada con un tono crítico. En realidad, no se le critica directamente a ella, sino a sus imitadoras posteriores.
Muchas ciudades intentaron copiar el «efecto Guggenheim», que aumentó considerablemente la proyección internacional de Bilbao mediante la construcción de un edificio de arquitectura icónica. A partir de entonces, los arquitectos estrella empezaron a estar más solicitados que nunca y todos querían tener un edificio de Nouvel, Herzog, Gehry o Calatrava.
En la literatura turística, con la expresión «síndrome Bilbao» se critica una forma de pensar y planificar que empieza en lo inmoviliario y luego no es capaz de llegar mucho más allá. Lo de «hagamos un gran edificio con un arquitecto de renombre y luego crucemos los brazos hasta que lleguen los turistas», no funciona cuando todo el mundo está haciendo lo mismo. Al final, nos encontramos con grandes infraestructuras caras que apenas se utilizan.
Desmaterialización y placemaking
La alternativa que se propone es un enfoque basado en el concepto de placemaking donde se da mucha importancia a la creación de eventos. Así es como se define placemaking en la Wikipedia:
Es una aproximación con varias facetas a la planificación, al diseñó y a la gestión de los espacios públicos. El placemaking aprovecha los activos, la inspiración y el potencial de una comunidad local con la intención de crear espacios públicos que promuevan la salud, la felicidad y el bienestar de la gente.
La desmaterialización aquí significa que lo verdaderamente importante es que exista una agenda cultural vibrante. Lo que hace atractivos a los lugares es su atmósfera, que se usen, que estén animados y vibrantes.
Es un cambio de foco del hardware al software en cuanto a los equipamientos y la planificación. Si se necesita construir nuevas instalaciones culturales, se hace, pero lo verdaderamente interesante es el hacer una gestión creativa de los recursos físicos ya existentes para crear experiencias significativas para la gente.
La importancia de los eventos
Los eventos son centrales a las estrategias de placemaking. Es fácil mirar a nuestro alrededor y encontrar ejemplos de como un evento puede poner un lugar en el mapa internacional, al menos durante el tiempo que éste dura.
El diseño de un programa estratégico de eventos puede reportar muchos beneficios no solo atrayendo visitantes sino aumentado la calidad de vida del lugar, generando felicidad, sentido de pertenencia e identificación.
Si te interesa el tema y quieres profundizar aquí dejo un link a un trabajo titulado «Eventful Cities» que puedes descargar.